sábado, 29 de diciembre de 2012

1. El dilema del Caballero


1. El dilema del Caballero 






Se nos presenta un caballero muy vanidoso, un caballero que buscaba la perfección de su persona, empeñado en hacer ver y pensar a la gente  que era una persona bondadosa, generosa y amorosa, y que estaba allí siempre que lo necesitaban. Pero por mucho que así pensara él, tales actos no mostraban dichas actitudes positivas; de hecho, toda virtud que deba ser demostrada... no es una virtud. Así, realmente ninguna de sus hazañas las hacía por ellos: todas sus obras eran para reconfortarse a sí mismo, para mostrar una imagen de él mismo que no era. 

El caballero se hizo famoso por su armadura: se dice que su armadura producía rayos de luz tan brillantes que la gente los confundía con el sol. Pero esta armadura no era más que un símbolo que representaba todo lo falso de si mismo: 


"Tanto se enamoró del brillo de su armadura que hasta dormía con ella" 

Llegó a creerse su propia ilusión: se ponía la armadura para protegerse de quien creía ser hasta que un día se quedó atrapado sin poder salir de ella... Su mujer fue quién le hizo ver en lo que se había convertido: su hijo ya ni se acordaba de él, solo conocía un viejo retrato que había en la chimenea. Conocía a su padre por un caballero que siempre llevaba su armadura puesta.  

...Pero, como en todos los sueños, llegó su hora de despertar y darse cuenta de la realidad de su vida. La metáfora de la armadura no es más que para hacernos ver que todos tenemos nuestra propia coraza, y que solo tenemos dos opciones: vencerla o ser vencidos por ella. Este es el caso de nuestro caballero, cuya armadura acabó envolviéndole completamente, impidiéndole "mirar al exterior". La armadura no se quita con fuerza bruta, la armadura se quita con trabajo interior. 

Para vencerla, lo primero que debemos hacer en darnos cuenta de que nos ha atrapado. Mientras él pensaba que era dueño y señor de toda su perfecta vida, la armadura le fue reteniendo poco a poco, hasta llegar a un punto en el cual quiso librarse de ella… pero no fue capaz. Su vida se tornó desdichosa, y se dio cuenta que tenía que cambiar. Y así comienza su lucha por intentar librarse de la coraza que le esta bloqueando.  


He de decir que, personalmente, sí que puedo sentirme identificada con este relato. O mejor dicho: alzando la vista atrás, puedo percibir que ese sentimiento existía años atrás. Y digo años atrás, porque aunque hoy en día todavía queden pequeños ápices de mi coraza, poco a poco he ido logrando encontrar como liberarme de ella. Me siento reflejada en él porque acabe dejándolo todo de lado (como le ocurrió al caballero con su familia). Hubo circunstancias en mi vida que me bloquearon: fueron mi armadura y me hicieron perder cuenta de  lo que tenía a mí alrededor. 



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